Crisis

Dos años de CRISIS han cambiado mucho la vida, las formas de hacer las cosas. Antes ibas al peluquero cada mes, ahora te arrancas tres o cuatro mechones de pelo al día. Te queda raro, pero gracias a dios hoy se lleva todo. La crisis nos estresa y todavía estamos aprendiendo a vivir con el estrés. Porque, cuando recoges a tus hijas del colegio pero lo que llevas en el coche son dos Pit Bull y un Yorkshire, eso no era el cole, era la perrera. Por cierto, mala idea lo de poner a los tres juntos. La próxima vez el Yorkshire en el asiento de delante. Otro día decides coger el autobús y te echan porque has pasado el carnet del vips mientras imitabas el “Pii” y no ha colado, de nuevo los nervios te han traicionado, la próxima lo harás mejor.

Dos años de crisis han conseguido que mientras te apoyas en la marquesina del tranvía para que te registre la policía, nadie pueda dejar de fijarse en esos oblicuos. Estás tan estresado que lo único que has comido en las últimas 24 horas son las uñas y se te marcan los abdominales con el plumas puesto. Bueno, eso que te hiciste con el relleno de los cojines del sofá. Alguien te preguntará por la plaza de España y dirás “hacia allí” mientras señalas con el brazo para descubrir unas venas que rodean tu bíceps y que dejarán a más de una, perdón, y a mas de uno, con la boca abierta. “Qué lagrimones” puede que digan algunos, pero no serán los tuyos, porque habrá gente que ante semejante perfección, o simplemente ante la idea de algo tan apretado, tan duro y seco, no podrá contener la emoción.

La crisis te lo ha quitado todo, pero no esperes que te quite también esos puntos negros. Porque, ¿no pensarás salir a la calle sin trabajo y con todas esas células muertas por la cara? Para nada, la crisis te agudiza el ingenio, además del dolor de cabeza y puede que una leve depresión. Pero antes de que te tomes ese frasco de pastillas vas a ayudar a tu piel. Es muy fácil, sólo tienes que frotártela con azúcar y huevo. Sí, con huevo. Abre la nevera y coge ése, el último que te queda, el que te guardabas para una cena especial, ya ha pasado más de un mes y que mejor motivo que tu piel para romper el cascarón. Vuelca el contenido en un plato, añade el azúcar y bate. Puede que haya cosas verdes y que el olor… Además el sabor agrio no es muy normal pero, ¿quién te ha dicho que metas el dedo? Ahora, frótatelo por la cara. Si pica es normal, es por las cosas verdes, todo natural. Cinco minutos y aclárate. Si por la crisis te han cortado el agua... Sencillo, deja la mascarilla actuar hasta que la madre naturaleza decida descubrir tu verdadero rostro. En cinco días se habrá caído la última costra seca y quizá se haya llevado algo de piel y veamos algunos puntitos de sangre y es probable que también tengas algunas zonas enrojecidas. Los médicos lo llaman eccema. Pero a lo que estamos. Porque cuando se caiga, ay amigo, entonces brillarás, maldita sea que si brillarás. Cinco días oliendo a mierda, perdón, “caca”, y con una costra en la cara que bien podría haber sido lepra han descubierto la piel más pulida, quizá un poco roja, y que pica, pero tu cutis será portada del “Muy interesante”. Eso sí, no te rasques y procura no acercarte a los niños en unas semanas.

Bueno, hemos solucionado el problema de la piel pero qué me decís de esas bolsas debajo de los ojos. Por culpa de la crisis te van a quitar el piso y no duermes. Además, un señor te aporrea la puerta cada día porque pediste un crédito rápido a un tal Luigi, pero eso no es excusa, ¡NO! Endesa todavía no te ha cortado la luz, así que mete esa cabezota en el congelador y aguanta como un campeón. ¿Cuánto tiempo? Que más te da si ya no tienes reloj, el “seiko calculadora” lo empeñaste ayer y se te olvida constantemente darle la vuelta al reloj de arena del “Party”. Tranquilo, después de unos minutos perderás la conciencia, es normal, eso hará que caigas al suelo y que tu cabeza salga del congelador, cuando recuperes la temperatura corporal adecuada volverás en ti y no sólo tendrás la cara de los veintitantos, además, por fin habrás podido echar una cabezadita, aunque ahora te salga algo de sangre de no sé donde por la cabeza, el pelo lo tapa, quitando, eso sí, los huecos que dejaste al arrancarte esos mechones, pero eso sería mucha mala suerte.

Cuerpo diez, piel inmejorable, ya se irá el olor, impacientes, cara de crío, y encima la venda de la cabeza que te han puesto en urgencias está marcando tendencia. Dicen que la crisis nos estresa y que el estrés mata, sí, pero de envidia.

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