Le pasó a un amigo

Antes de ayer o quizá antes antes de ayer, que es así como se dice, estuve charlando con un amigo, que seguro muchos conoceis pero que no voy a dar el nombre, por aquello de que no digais ala!! no me digas que Carlos ha dicho eso...eh? que luego Carlos se enfada y paso de tener problemas. El caso es que este amigo estaba muy agobiado, de hecho estaba pasando el peor y quizá el último momento de su vida pues le habían diagnosticado "Muerte cercana". Para los que no sepais de que se trata es una enfermedad muy rara y muy común. Es decir, eso. Según mi amigo dice que llevaba tiempo notando algo raro, no sabía muy bien el qué pero aquello no era normal. Decidió ir al médico que nada más verlo le dijo lo que padecía. Mi amigo, nuestro amigo, se asombro de la rapidez con la que el profesional de la medicina había dado con el problema, a lo que el susodicho respondió apuntando con su dedo índice un metro a la izquierda de...joder!! de Carlos!!, ya lo he dicho, oye mira, que se enfade, ya se le pasará, es que media hora, mi amigo, nuestro amigo, el amigo, estoy harto, no se puede contar nada así, claro que se suponía que no debía contarlo pero oye, que no me lo hubiera contado antes a mi, no? sino quería contarlo el fue el primero en romper la regla...en fin, bueno, que sigo...El médico, como decía, respondió a Carlos señalando un metro a su izquierda. Éste se giro despacio para descubrir horrorizado que la muerte estaba allí, a su lado. En efecto, era Muerte Cercana. Allí estaba, larga túnica negra, capucha y guadaña oxidada. Aterrorizado volvió la mirada hacia el médico pidiendo un "que hacer". El médico después de observar a Carlos se sentó tranquílamente y comenzó a escribir tranquílamente en un papel de receta. Mi amigo no entendía muy bien la actitud del doctor, que a su parecer no estaba dando la importancia debida al asunto, la muerte estaba allí, a su lado, por el amor de Dios. El Doctor terminó de escribir su nota y miró de nuevo a Carlos, dobló la nota, se levanto y se la ofreció. Éste, temblando de nervios, se disponía a abrirla cuando el doctor le frenó. "Ábrala cuando esté en casa y sin que élla le vea", dijo mirándo de reojo a la muerte que permanecía allí ajena a toda la conversación simplemente esperando su momento.

Carlos volvió a casa con la muerte siguiéndole los pasos. Todavía estaba asustado pero la tranquilidad del médico y la nota que guardaba doblada en su mano le daban una cierta esperanza. Al llegar a casa esperó su momento, a que la muerte no mirase y abrió la nota lo más rápido que pudo y sólo encontró dos palabras "Siga viviendo". El mensaje le dejó atónito y desconcertado, estaba claro que el quería vivir. En ese momento, la muerte que estaba cerca de la ventana se estremeció y Carlos se percató de ello. Entonces se levantó de la cama de un salto, con la energía que nunca había tenido se encaró con la muerte y grito "QUIERO VIVIR". La muerte comenzó a tambalearse, mientras Carlos repetía una y otra vez, cada vez más alto "QUIERO VIVIR, QUIERO VIVIR!!!" Cada vez que lo gritaba lo sentía más y notaba como se llenaba de vitalidad, de ganas de vivir como nunca había sentido. Sin darse cuenta la muerte había desaparecido y decidió que desde ese día comenzaría su vida. Más adelante decidió volver a la consulta del médico para darle las gracias y para preguntarle como supo que una cosa tan simple le salvaría. "Era sencillo, la muerte vendrá a por todos nosotros el día que nos toque, pero sólo acecha a aquellos que no tienen ganas de vivir"

Y así Carlos continúa cada día con más ganas y disfruta de cada cosa que le acontece.

Este Carlos...

Comments

Anonymous said…
Muy bueno, pero se nota que a partir de determinado momento tenias prisa por terminarlo y dejar de escribir, ¿no?
Alex said…
La verdad es que si, me picaba un huevo y no atinaba a escribir y rascarmelo como Dios manda, así solté el ratón, abandoné el teclado y con las dos manos me rasque y me rasque...

Es coña, la verdad es que las historias las empiezo y acabo según me sale de la cabeza. Por supuesto que esta historia, como otras, será reescrita y alargada como tiene que ser.

Ah! por cierto, Nacho? no me seas anónimo anda. Que es que os encanta ir de misteriosos. Pon tu nombre en el comentario coñe!. Y si no eres Nacho pues no te quedaría mal el nombre

Adios
Anonymous said…
Hombre, me habían llamado cosas: vaga, botijo, guapa, chocho (esto último a pie de obra), pero "Nacho"... es la primera vez.
No se, creo que me falta un poco de bigote para llevar ese nombre con soltura. Quizá si me dejo crecer el entrecejo...
un beso y actualiza más a menudo!
Iván Payá said…
Yo soy el amigo al que le pasó esto y he de decir que lo has contado mal.

Ahí queda eso.

Y chúpate ésa, Frudesa.

Piticli, bonico!!

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