DE MORROS CON LA SECADORA
Bueno, bueno lo que traigo. El otro día, ya verás. Espera que me coloque el entrefardo. Ahora, ejem. Mi madre, que hace un tiempo se ha comprado una secadora. Para el verano siempre lo mejor, una secadora. El tender está pasao de moda y el gastar se lleva ahora mucho, que digo gastar, tirar el dinero. Yo siempre que puedo, cuando caigo en la cuenta, me arrasco el bolsillo y lo primero que pillo allí que lo lanzo, "a tomar por culo el billete veinte". Es que si no me sale urticaria en la mano oiga, y la hipoteca que la pague su puta madre. Bueno, que me voy. Pero este no es el único fenómeno que se produce al utilizar la secadora en verano. Hay otro mucho más devastador, sobre todo para la imagen, la mia en concreto.
6 de la mañana, aquí el hombre se levanta casi sin sentir, me tiro un pedo y mato un
mosquito, del susto. Me voy al baño para tirarme el segundo y me miro al espejo. Maldigo mi suerte y mi vida y juro que jamás volveré a pasar sueño como el que siento en ese momento. Oigo risas, es Dios que se me descojona por lo último que he dicho. Me cago en Dios. Se calla, le jode, es lo que hay, que lo hubiera montado de otra forma. Me hago el café de nescafé, hummm, que delicioso sabor y el aroma, estoy por tocarme. Mejor no, que después me quedo sobao en la silla y con el papel higiénico en la mano. Me ducho, me unto de cremas, mierda! me puesto la de la cara en las pelotas sin querer cuando ma dao el picor repentino, que le den!. Me visto, mi polo favorito. Cojo el coche y enfilo pa Soria, tralala, tralala.
Me paro en la típica area de servicio española, el camarero no te hace ni puto caso, uno echando mil euros a la tragaperras, no me preguntes porqué, siempre está. Un camionero nórdico de tres metros cien, no te pierdas el camión es el hummer de los camiones. En fin. después de repasar con la mirada la estancia para darme cuenta de que la cosa no ha cambiado nada advierto una mesa con cuatro albañiles que me miran y creo que se me están partiendo el ojete. No entiendo porqué, será de otro. Me termino el café y salgo.
Llego a Soria, casi las 9, buena hora para entrar a ver a un cliente importante. Aparco y salgo con mi agenda y un par de catálogos. Sigo un poco sobao y me noto algo incómodo pero no sé. Entró a las oficinas y me quedo en el mostrador de atención al público. Delante de mi están las secretarias y el cliente, jefe de la empresa. Detrás la puerta de cristal y muestrarios de cerámicas y ladrillos dispuestos por el suelo cerca de la puerta y la pared.
Pongo cara de super comercial vendedor. Basicamente se trata de sonreir más de lo normal, sin parecer subnormal y estrechar la mano del cliente fuerte mientras dices alguna jilipollez de estas que les encantan, del tipo: "Oye, dejad de vender que vais a acabar con todo" y risotada al canto. No me preguntes porqué pero se les pone hasta dura oye. Esta vez el tio veo que no reacciona como acostumbra a las chorradas que digo y que me lanza alguna mirada que otra hacia abajo. No hago caso y le sigo hablando a la cara. Él rapidamente me corta y me dice que tiene que atender a una visita que ha llegado antes y que me pase en un rato. Yo con la sonrisa de antes le digo que no hay problema y me dispongo a salir cuando justo al enfilar hacia la puerta me dice "oye! pero mira a ver no me cojas frio en la tripa socio" que?!!! a lo que me empiezo a volver miro hacia abajo y flipando veo como mi polo favorito me cubre hasta el ombligo que asoma juguetón y no me lo puedo creer. La secadora y las horas conduciendo me lo han recortado y doy gracias que me cubre los pezones. El desorden mental es tan grande que mis piernas siguen en dirección a la puerta, mis ojos, como platos, siguen mirando el ombligo preguntándose cuando ha pasado eso. En ese momento noto que he pisado algo, me tropiezo y justo cuando giro la cara me doy con la puerta de cristal en todos los morros. Las secretarias salen asustadas del ostión que se acaba de dar el comercial con bikini. Yo intento guardar la compostura estirando con una mano el polo hacia abajo, lo que hace que se suba por detrás, y con la otra los morros y por si cae un diente y así que me lo puedan coser de nuevo o lo que sea que se HAGAAA!!!!.
Así que digo " gasias, gasias, eftoi bien, eftoi bien" intento sonreir con mis recien estrenados labios tropicales. En ese momento me empieza caer sangre que hace que se asusten aun más las secretarias. Dios!! que rencoroso eres y... MAMAAAA!!!! MECAGOENLAPUTA SECADORAAAAAAA!!!!!! Mientras me alejo con el coche miro por el espejo retrovisor el almacén que nunca más visitaré.
Besos
6 de la mañana, aquí el hombre se levanta casi sin sentir, me tiro un pedo y mato un
mosquito, del susto. Me voy al baño para tirarme el segundo y me miro al espejo. Maldigo mi suerte y mi vida y juro que jamás volveré a pasar sueño como el que siento en ese momento. Oigo risas, es Dios que se me descojona por lo último que he dicho. Me cago en Dios. Se calla, le jode, es lo que hay, que lo hubiera montado de otra forma. Me hago el café de nescafé, hummm, que delicioso sabor y el aroma, estoy por tocarme. Mejor no, que después me quedo sobao en la silla y con el papel higiénico en la mano. Me ducho, me unto de cremas, mierda! me puesto la de la cara en las pelotas sin querer cuando ma dao el picor repentino, que le den!. Me visto, mi polo favorito. Cojo el coche y enfilo pa Soria, tralala, tralala.
Me paro en la típica area de servicio española, el camarero no te hace ni puto caso, uno echando mil euros a la tragaperras, no me preguntes porqué, siempre está. Un camionero nórdico de tres metros cien, no te pierdas el camión es el hummer de los camiones. En fin. después de repasar con la mirada la estancia para darme cuenta de que la cosa no ha cambiado nada advierto una mesa con cuatro albañiles que me miran y creo que se me están partiendo el ojete. No entiendo porqué, será de otro. Me termino el café y salgo.
Llego a Soria, casi las 9, buena hora para entrar a ver a un cliente importante. Aparco y salgo con mi agenda y un par de catálogos. Sigo un poco sobao y me noto algo incómodo pero no sé. Entró a las oficinas y me quedo en el mostrador de atención al público. Delante de mi están las secretarias y el cliente, jefe de la empresa. Detrás la puerta de cristal y muestrarios de cerámicas y ladrillos dispuestos por el suelo cerca de la puerta y la pared.
Pongo cara de super comercial vendedor. Basicamente se trata de sonreir más de lo normal, sin parecer subnormal y estrechar la mano del cliente fuerte mientras dices alguna jilipollez de estas que les encantan, del tipo: "Oye, dejad de vender que vais a acabar con todo" y risotada al canto. No me preguntes porqué pero se les pone hasta dura oye. Esta vez el tio veo que no reacciona como acostumbra a las chorradas que digo y que me lanza alguna mirada que otra hacia abajo. No hago caso y le sigo hablando a la cara. Él rapidamente me corta y me dice que tiene que atender a una visita que ha llegado antes y que me pase en un rato. Yo con la sonrisa de antes le digo que no hay problema y me dispongo a salir cuando justo al enfilar hacia la puerta me dice "oye! pero mira a ver no me cojas frio en la tripa socio" que?!!! a lo que me empiezo a volver miro hacia abajo y flipando veo como mi polo favorito me cubre hasta el ombligo que asoma juguetón y no me lo puedo creer. La secadora y las horas conduciendo me lo han recortado y doy gracias que me cubre los pezones. El desorden mental es tan grande que mis piernas siguen en dirección a la puerta, mis ojos, como platos, siguen mirando el ombligo preguntándose cuando ha pasado eso. En ese momento noto que he pisado algo, me tropiezo y justo cuando giro la cara me doy con la puerta de cristal en todos los morros. Las secretarias salen asustadas del ostión que se acaba de dar el comercial con bikini. Yo intento guardar la compostura estirando con una mano el polo hacia abajo, lo que hace que se suba por detrás, y con la otra los morros y por si cae un diente y así que me lo puedan coser de nuevo o lo que sea que se HAGAAA!!!!.
Así que digo " gasias, gasias, eftoi bien, eftoi bien" intento sonreir con mis recien estrenados labios tropicales. En ese momento me empieza caer sangre que hace que se asusten aun más las secretarias. Dios!! que rencoroso eres y... MAMAAAA!!!! MECAGOENLAPUTA SECADORAAAAAAA!!!!!! Mientras me alejo con el coche miro por el espejo retrovisor el almacén que nunca más visitaré.
Besos
Comments
Cuideseme güey
Oye, no me hace ninguna gracia que os hagáis amiguitos a mis espaldas, eh? Que yo soy el puto centro del universo.
Y Durs, permíteme que te lo diga, pero en este post has pinchado un poco. Ya te he dicho mil veces que las historias que te pasan en la realidad no las sabes contar con tanta gracia como las que te inventas.
Aún así, se te quiere.
Abrazos mil, claro; eso siempre.
Fijate en el anónimo del principio, eso si es un comment y no lo tuyo. Ya nos veremos de reojo anda tira, te a alguien.
Adioooore
Si es que no se te pué decir ná; parece que tienes el síndrome "Reina de las Fiestas"...
Ay omá.
Muchos besos y sigues en la academia... jajaja.... x cierto a ver que diita visitas el mio!! ejem ejem..