Pasión de carretera

Las cuatro y media de la tarde o las cinco, no sé. Ya había arrancado después de comer, había hecho unos kilómetros pero necesitaba un café, un cortado. Aprovecho que me acerco a un área de descanso en la carretera para parar y entrar en la cafetería. Antes me fijo, un poco sorprendido, en la cantidad de camiones que hay aparcados, "a estas horas?", en fin. Abro la puerta y sin fijarme mucho me dirijo a un extremo de la barra donde veo un diario, el marca, bueno que más da. Comienzo a ojearlo y levanto la cabeza buscando al camarero. Está en el otro extremo, mirando la televisión, me vé pero pasa de mi. Yo levanto la mano sin éxito. Así que, sin levantar mucho la voz, "perdón! me pone un cortado". Y nada, lo único que consigo es que el robusto camionero, con palillo en la boca incluido, deje de mirar también la televisión y se vuelva para echarme una mirada de "calla! coño!". Yo, mosqueado, me doy cuenta en ese momento, al echar un vistazo al bar en general, que está lleno hasta la bandera, todas las mesas ocupadas, pero todos callados y mirando atentamente la televisión. En ese momento un grito de mujer me llama la atención, proviene de la televisión.

_"Suelteme!, suelteme!"
_"Haras lo que yo diga mujer"
_"Jamás me someteré a ti Jesús Antonio" (por ejemplo, que ningún seguidor se ofenda)
_"Estese quieta, sino me hase caso tu padre pagará por ti"

En el forcejeo la mujer le pega un empujón y el gachó se cae por la barandilla abajo y se mata, digo yo.

Entonces se oye un "OOOHHHH!!!" enorme en la sala y se corta para anuncios.

En ese momento un frenesí enorme se desata en la cafetería: "Dos cortados con la leche fría! Un sol y sombra! Un par de Reig del quince!".
Tengo suerte y el camarero se acerca "que quieres?. Un cortado por favor"
El camionero que casi me mata con la mirada se vuelve y, no sé si a mi o a quién, "se lo tiene merecido, menudo cabrón el Jesús Antonio ese, joder"

Se acaban los anuncios y la gente apura para coger lo que había pedido y sentarse. Aun hay gente comentando el suceso anterior, alguien manda callar. Yo que andaba alucinado me doy cuenta que durante el receso todavía no hay rastro de mi cortado. Miro hacia el camarero que ya se ha situado en el extremo al lado de la televisión. Esta vez no me atrevo a decir nada.

A ver si hay más suerte en el próximo corte publicitario. Joder con Jesús Antonio que no se ha muerto el tio con la leche que se ha dado.

Entra un gachó nuevo y grita al camarero un café. Esta vez me uno al resto,
"A callar!!!"

Comments

Puri said…
No sabía que fueras un seguidor tan adicto de las telenovelas que hasta paras en los bares con la excusa de "necesitar un café" para poder seguirlos ;p
Anonymous said…
Espero que sea una historia inventada, si no, acabo de perder el respeto a todo el gremio de camioneros!!
Mayka said…
Jajaja, que fuerte eh?? ya casi se puede hablar de fenómeno mediático!! Lo de cogerme a una telenovela va en contra de mi religión... soy incapaz, pero en tus circunstancias creo que no quedaría más remedio, por lo menos hacer como la que mira!! que mal dolor...

Un beso :)
Alex said…
De inventado nada. Lo que pasa es que al contarlo, debido a mi gracejo natural la historia gana, normal.

Pero cierto que estaba el mesón Bonavia a 33 kilometros de Zaragoza N-232 lleno de camioneros viendo la novela, vamos, que me caiga muerto ahora mismo
Troy said…
Antes era una teoría...

Después de tu post certifico que hemos llegado a un punto de no-retorno...
Iván Payá said…
Eso te pasa por coger un curro de comercial. Mira que te lo dije una o ninguna veces!!

Definitivamente, la gente ha enloquecido.

Abrazos, amigüito!!

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