Ya he llegao!!!! soy nuevo!!! ya tengo pelo!!!

Día del señor 10 de septiembre de 2005. "Y la bestia despertó en forma de blog..."

Increible pero cierto, a pesar de ser como soy aqui estoy escribiendo en un blog... MIO!!!!

Y sí, a partir de ahora podreis saber más de muchas cosas que me voy a molestar en dejar aquí reflejadas; Ah pero que no tendrán ninguna base científica o serán el resultado de una reflexión muy profunda o algún proceso empírico, serán, sin más, cosas que se me ocurren y como se me ocurren pocas ideas sanas pues prepararos.

Eso si, y esto lo digo de corazón, voy a intentar que os guste y que os interese y sobre todo que os riais.

De momento ahí va una de superhéroes...

"Martín era un chico normal que trabajaba en una tienda de ultramarinos llevando los pedidos a las casas de las clientas. Su vida estaba marcada por la muerte de sus padres y hermanas delante de sus ojos. Con sólo 7 años presenció, escondido detrás de un contenedor de basura, como una banda de atracadores callejeros mataba a su padre, y violaba a su madre y hermanas ahogándolas después. Desde entonces, frustrado, y con una rabia dentro que creció desmesuradamente, vivió en el barrio del Cañamo, siendo incapaz de presenciar ninguna injusticia. Martín se preparó a conciencia para poder luchar contra todo aquel que intentara hacer daño a otra persona en su presencia. Tal era su obsesión que sus habilidades cobraron una fuerza y rapidez sobrenaturales. Su problema fue que, nada más desarrollar este suplemento extraordinario, era incapaz de controlarlo convirtiéndose él en el peligro. Al intentar salvar a una vieja de ser atropellada por un camión le quiso dar un pequeño empujón hacia la acera, pero la empotró en el escaparate de una pajarería incrustándola en la jaula de los canarios. Al ir a hacerle el boca a boca a un nadador descuidado lo infló como un balón haciéndole estallar. Pronto Martín se dio cuenta que la gente le temía y que ya no podía ayudar a nadie. Además él no podía hacer nada al respecto por lo que decidió buscar ayuda. El Doctor Egaraicorreta, neurólogo, famoso por sus investigaciones que relacionaban el desarrollo cerebral con las sensaciones fuertes, descubrió que su poder radicaba en la rabia, la obsesión y que sólo con una medida drástica podría reducir esa ansia y controlar mejor su don. Eran las 8 de la tarde, Martín estaba muy nervioso y sólo podía pensar en solucionar su problema cuanto antes para lo que estaba dispuesto a lo que fuera. Por eso Martín había acudido esa tarde a la consulta de Egaraicorreta y estaba inclinado sobre la camilla con los pantalones bajados hasta los tobillos. En ese momento Mohamed Labara entró luciendo una desnudez completa y con cara de pocos amigos. Mohamed, de origen marroquí era bien conocido en el barrio por su pasado conflictivo. Desde hacía tiempo, más concretamente desde que saliera de la cárcel, tres meses atrás, su actitud había cambiado y se había ofrecido para que el Doctor estudiara su caso. Egaraicorreta había sacado grandes conclusiones del caso de Mohamed que iba a poner en práctica esa tarde con Martín. Mohamed se detuvo detrás de Martín y miró a Egaraicorreta a los ojos buscando una señal. El Doctor le guiño un ojo tranquilizador y Mohamed se relajó por un segundo. Martín ajeno a lo que se avecinaba y con una fe ciega en su médico mantenía los ojos cerrados y el cuerpo relajado. Entre un silencio casi sepulcral Mohamed inició una serie de estiramientos y flexiones antes de acometer su función en este experimento clave en la recuperación de Martín. Una vez terminados sus ejercicios Mohamed miró al cielo y después de nuevo al Doctor, concentró su mirada en Martín y cogió un frasco de la mesilla que había a su lado izquierdo. Martín esperaba con paciencia infinita el tratamiento que El doctor no le había desvelado y que le devolvería a su labor de justiciero. Los segundos parecían minutos y los minutos horas. Sólo escuchaba el sonido de la respiración cada vez más acelerada de Mohamed mientras este hacía sus ejercicios y nada le hacía presagiar lo que iba a suceder. De repente un escalofrío recorrió su espalda, un espasmo y casi una convulsión. Intentó gritar pero era imposible, quiso moverse pero era tarde y lo único que consiguió fue esbozar una mueca indescriptible entre el dolor, la alegría, el placer y sobre todo la sorpresa. Su grito sordo terminó con una lágrima que le resbaló por la cara y cayó sobre la camilla justo en el momento que se desmayó. El experimento funcionó, pero el doctor no supo decir si el resultado era exactamente lo que esperaba. Aun así continuó sus investigaciones teniendo muy en cuenta el resultado obtenido con Martín. A partir de entonces Martín no repartió más la compra y pasó los días y las tardes sentado en una silla al fondo del bar de su amigo y vecino Antonio. Sólo caminaba, ayudado por un bastón, desde su casa al bar y del bar a casa. Lo único que no cambió fue la expresión de su cara que se le quedara desde su última visita a la consulta. Ausente, ya no hablaba con nadie ni representaba ningún peligro. Aunque algunos echarían de menos su espíritu, otros ya no temerían su ayuda, pero eso sí, todos recordarían las hazañas del héroe".

Que tal? se me va, eh? pues sí, pero hay que reirse, acepto comentarios, síiii, de todo tipo.

Un besico pa tooos

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